‘‘We have not had the same past, you and ourselves, but we shall have, strictly, the same future. The era of separate destinies has run its course. In that sense, the end of the world has indeed come for every one of us, because no one can any longer live by the simple carrying out of what he himself is.’’ (1961) Hoy en día, la temporalidad es múltiple y el desarrollo histórico camina en distintas direcciones. Las sociedades van con una puerta al frente, desconociendo lo que vendrá, aislados en el pasado y sin entender el presente inmediato. Todo a su alrededor se encuentra desordenado y en la búsqueda de organización, encuentra dos formas: 1) reconocer la multiplicidad y retomar a la modernidad como paradigma, pero en una versión menos conflictiva; o 2) producir un aplazamiento estratégico, para darle un espacio correcto a lo contemporáneo, sin dejar las críticas. La esperanza de lo contemporáneo se enfoca en dar apertura a las antinomias del presente, con