En defensa de la imagen pobre- Hito Steyerl
Para Hito Steyer las imágenes pobres
llevan consigo todo un bagaje cultural que ha ido cambiando con el tiempo,
donde la globalización y la economía han generado la posibilidad de una
inmediata distribución a nivel global y al mismo tiempo la ética del remix y
apropiación han permitido que nuevos actores sean participativos y productores,
ahora cualquier sujeto puede generar imágenes de todos los géneros
posibles.
las imágenes pobres son por lo tanto imágenes
populares: imágenes que pueden ser hechas por muchas personas. Expresan todas
las contradicciones de la muchedumbre contemporánea: su oportunismo,
narcisismo, deseo de autonomía y creación, si incapacidad para concentrase o
decidirse, su permanente capacidad de transgredir y su simultánea sumisión ( (Steyerl, 2014, p. 43)
Como sugiere Steyer ( 2014) a pesar de
que a la imagen pobre se las ha relacionado directamente con simples descargas, esta nueva forma de tratar a la
imagen proporciona la posibilidad de crear una memoria transitable, ya que se
puede guardar los archivos, verlos de nuevo, así como editarlos o mejorarlos de
acuerdo a las distintas necesidades. Sin embargo, el autor señala que la condición
de las imágenes pobres impere esta dado por su marginalización, pues el hecho
de que sean llevadas por ciertos grupos sociales hacia la circulación online como imágenes pobres ha
predispuesto un valor en la sociedad de clases de imágenes: su estatus como ilícitas
o degradadas las exime de seguir los criterios normativos. Su falta de resolución
atestigua su reapropiación y desplazamiento (Steyerl, 2014, p. 41) . En efecto, esta
flexibilidad en tanto al uso de la imagen en nuestro tiempo, permite que la
imagen pobre pueda construir nuevas redes globales, permite generar nuevas
formas de compartir historias, nuevos lazos y crea además la posibilidad de
debatir y crear nuevos públicos (Steyerl, 2014, p. 45) .
Referencias:
Steyerl, H.
(2014). En defensa de la imagen pobre, en Los condenados de la pantalla. In C.
N. Editora (Ed.). Buenos Aires.
Flora de Neufville
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