¿Cómo presentar lo inconcebible?

¿Cuál es nuestra actitud frente a la producción artística y cultural de nuestros tiempos? Seguimos arraigados a los preceptos clásicos sobre la belleza y e juicio de lo bello en la producción contemporánea. Incluso podemos no encontrar referentes en la cotidianidad de lo bello o lo sublime como fue en sus orígenes y aun así adecuar los contexto culturales contemporáneos a los preceptos modernos. La otra vía, es buscar presentar lo inconcebible, aquello que se escapa de los intentos de aprehensión de los preceptos arraigados a nuestra cultura. Es la condición posmoderna, el dar cuenta de la vigencia o no vigencia de estos preceptos en la producción cultural. Es un tomar conciencia de nuestro tiempo como parte y extensión de la modernidad pero con un espíritu diferente. Este autoconocimiento cultural propone nuevas maneras de presentar lo impresentable, no sólo darlo por hecho como característica a priori de la creación artística. La condición posmoderna implica el inventar alusiones para presentar lo inconcebible que no puede ser presentado. La actitud frente a la producción artística contemporánea va más allá de los antiguos preceptos trascendentales que rigieron el espíritu del arte en el tiempo. La actitud posmoderna nos invita a repensar el arte y el hacer de lo artístico con nuevos cuestionamientos heredados de la modernidad (he ahí que seamos parte de ella y no un quiebre de la misma). Consecuentemente el reto es presentar lo inconcebible, no como dado por hecho sino como alusión al mismo, no con certezas ni estructuras sino con ambigüedades y desfases estructurales que revelen la inconsistencia de nuestra época.

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