¿De verdad podemos construir el género?
Alrededor de los 70s se formula por primera vez una sólida preocupación
de las mujeres en relación a su posición dentro de la sociedad. El feminismo
cobra fuerza y se hace inevitable una profunda introspección dentro de la
historia humana. ¿Por qué no hay grandes mujeres artistas?, es la pregunta que
Linda Nochlin plantea para arrancar con una discusión que sigue en pie hasta
nuestros días. No parece lógico argumentar con viejas diferenciaciones entre
hombres y mujeres respecto a sus capacidades físicas y emocionales, sino en un
completo análisis del origen de discursos que se han perpetuado y nos
condicionan desde el lenguaje. Todo apunta al modelo hegemónico del patriarcado
que ha desembocado en una división binaria del entendimiento del género. Entonces,
hablar de feminismo no solo da paso a repensar al rol de la mujer, sino a
entender la complejidad de las construcciones entorno al género tanto para
hombres y mujeres. Hay un largo estudio entorno a los géneros, pero la
discusión se torna compleja al afrontar que, por más esfuerzos de reivindicación,
nuestra cosmovisión ya está predispuesta a una dicotomía residual de los constructos
masculinos sociales. Por esta razón, siento que es difícil hablar sobre
estudios de género. Únicamente se me ocurre que todo se resume a una cuestión
de educación, pues todo esfuerzo individual y fragmentado de la sociedad no es
el camino real para el cambio. Si fueron siempre los marcos institucionales
aquellos que delimitaban el sexo y el género, dentro de ellos debe darse el
cambio para establecer nuevos pactos sociales que se esmeren por alcanzar la
igualdad.
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