La semiótica de la Imagen-signo
Dentro de
la reflexión de Meyer Schapiro sobre algunos problemas que acarrea la semiótica
de las artes visuales, expone el concepto de imagen-signo como parte de la estructura ordenada desde la
semiología sobre la obra de arte.
Primero, el
autor presenta una breve “descripción histórica” del cambio de paradigma
artístico desde sus orígenes en la pintura rupestre hasta el abstraccionismo
moderno. En el recorrido, Schapiro muestra al lector los cambios en los
procesos de elaboración de una obra de arte como cambios que cargan con
significación en correlación a la época de la que tratan. Por ejemplo, cuando
expone su análisis de las pinturas rupestres lo hace mostrando a un ser humano
que no tiene conciencia de un “límite” en el campo de creación. Es decir, que el ser humano concebía a toda
pared y toda piedra como campo en el
cual desarrollar su obra. Posteriormente, Schapiro expondrá como la
configuración de la pintura en el Renacimiento como una “ventana al mundo” y el
desarrollo del método de la perspectiva configurarían una nueva forma de
concebir el campo para la obra de
arte. Es decir, que la creación del marco es una suerte de “límite” sobre el campo de creación, pero también es parte
del mismo, en tanto mienta una
significación correlacionada a la obra.
Segundo, Meyer
Schapiro también analiza los parámetros compositivos de la imagen desde una
perspectiva fundamentada en la significación desde la esfera del arte y de la
arquitectura. En este análisis, el autor expone cuestiones compositivas como
signos; por ejemplo: el contraste en el gráfico entre los rectángulos A y B, el
trabajo realizado con mano derecha o
con la mano izquierda, o la relación
de la escala entre imágenes-signo en
la composición para determinar un orden jerárquico. Todos estos son ejemplos de
impulso iconográfico en relación a la
significación con la obra abordados de distintas formas. Meyer expone que esta
relación entre la imagen-signo y su
significación parte de un consenso o, mejor dicho, de muchos consensos a lo
largo de la historia.
Pero la semiótica de la imagen-signo van más allá de la composición; pues como afirma
Schapiro: “Con respecto a la denotación por semejanza, la cual es específica a
las imágenes como signos, estos elementos tienen propiedades diferentes a los
objetos que representan” (Schapiro, pp. 17, 1973). Es decir, que la imagen-signo tiene propiedades “meta-objetuales”
es decir, que van más allá de la relación que mantienen con el objeto de
representación y adquieren una nueva significación debido a los diferentes
factores como ha expuesto Meyer Schapiro, tales como la escala, la posición, la
orientación al “leer” el cuadro, etc.
Luego en
relación a la retórica de la imagen propuesta
por Roland Barthes, nos es expuesto a través de la propaganda Panzani los tres mensajes que la imagen
acarrea: mensaje lingüístico, la imagen connotada y la imagen denotada. El
autor expone en primer lugar al mensaje lingüístico con una doble función
(connotación y denotación) pero que en relación a la imagen puede servir como
anclaje y relevo. La imagen connotada es expuesta por Barthes como un sistema,
como una suerte de construcción de sentido “guiado” o “instruido” por la
significación codificada en la imagen a través de sus signos. La imagen
denotada en cambio es la significación que yace “detrás” de la significación de
la connotación.
Como el autor expresaría: “Se trata de una ausencia de sentido lleno de todos los sentidos; es también (y esto no contradice aquello) un mensaje suficiente, pues tiene por lo menos un sentido a nivel de la identificación de la escena representada” (Barthes, pp. 8, 1964). Es decir, que la imagen también se puede presentar sin un sistema de códigos encima. Por ello, el mensaje lingüístico puede servir como anclaje cuando refuerza la lectura de la imagen en su connotación, es decir, se vuelve una especie de restricción que intenta mantener toda lectura arraigada a la significación que se ha colocado de forma a priori sobre la imagen. Y como relevo cuando se efectúa de forma complementaria a la significación de la imagen, ya no como limitante.
Finalmente, la retórica de la imagen es la lectura que se puede dar de la imagen, atravesada por la cultura, la ideología y el marco epistemológico de acceso al conocimiento. La imagen sería una construcción retórica de léxicos los mismos que pueden ser aprehendidos o no por el ser humano en diferentes grados de profundidad. La retórica de la imagen se vuelve así, una construcción asociativa en función del conocimiento previo de léxicos presentes en el ser humano que interpela las significaciones dentro de la imagen.
Como el autor expresaría: “Se trata de una ausencia de sentido lleno de todos los sentidos; es también (y esto no contradice aquello) un mensaje suficiente, pues tiene por lo menos un sentido a nivel de la identificación de la escena representada” (Barthes, pp. 8, 1964). Es decir, que la imagen también se puede presentar sin un sistema de códigos encima. Por ello, el mensaje lingüístico puede servir como anclaje cuando refuerza la lectura de la imagen en su connotación, es decir, se vuelve una especie de restricción que intenta mantener toda lectura arraigada a la significación que se ha colocado de forma a priori sobre la imagen. Y como relevo cuando se efectúa de forma complementaria a la significación de la imagen, ya no como limitante.
Finalmente, la retórica de la imagen es la lectura que se puede dar de la imagen, atravesada por la cultura, la ideología y el marco epistemológico de acceso al conocimiento. La imagen sería una construcción retórica de léxicos los mismos que pueden ser aprehendidos o no por el ser humano en diferentes grados de profundidad. La retórica de la imagen se vuelve así, una construcción asociativa en función del conocimiento previo de léxicos presentes en el ser humano que interpela las significaciones dentro de la imagen.
Referencias:
R, Barthes.
(1982). Retórica de la imagen. En Lo
Obvio y lo Obtuso.
M, Schapiro. (1973). On SOme Problems in the Semiotics of Visual
Art: Field and Vehicle in Image-Signs. SImiolus.
En el campo del arte, los sistemas de representación se heredan. En su naturaleza semiótica se puede identificar el paso del tiempo a través del canon en los diferentes sistemas representacionales que reflejan un sistema de valores especial. Todo esto en base a las convenciones. Gracias a ellas es que las obras de arte poseen elementos constitutivos que denotan y connotan hacia quien las mira. El arte y sus convenciones en su sistema de producción han sufrido varios cortes en el tiempo que producen nuevas formas de resolver las obras artísticas. Las mismas que siempre van de la mano con la tecnología, espíritu y preocupaciones (problemáticas) de su propio tiempo. Traducen las convenciones el hacer artístico de una época y el pensar de una época sobre lo artístico y su significación para el ser humano. El arte transgrede varias de sus convenciones para poder reinventarse a sí mismo una y otra vez. Podría decirse que los marcos que establecen lo que es la esfera del arte y lo que no se han ido expandiendo y contrayendo con el paso del tiempo. Esto es apreciable en la semiótica de la imagen-signo y su significación para los ojos de su tiempo. El marco del arte contiene un mensaje específico de una época. Así como no se puede descontextualizar libros del pasado y aplicarlos al futuro inmediato, las obras de arte del pasado no se pueden apreciar con los ojos contemporáneos de la misma manera y con el mismo espíritu con el que fueron creadas. sin embargo, tenemos un rastro importante. El vestigio que nos muestra cómo los sistemas representacionales han sido heredados, y podemos así, tener una aproximación hacia las lecturas de semiótica de la imagen como signo. Podemos entonces rescatar las huellas que nos llevan al encuentro con la significación detrás de lo simbólico. La retórica de la imagen nos cuenta una historia de vidas pasadas.
ResponderEliminar