Lo bello y lo sublime

Hegel, izquierdistas, “fin del arte”; hablan sobre como lo bello constituye el antítesis de lo sublime. Las teorías se transformaron en la estructura de formas anteriores de aprendizaje, como la literatura o la filosofía. Quizá más que una superación, es una forma de reorganización de lo que se tenía. Aunque para todo ello implique el triunfo del mercado.

‘… el pensamiento auténtico se produce dentro de lugares vacíos que aparecen súbitamente entre los más poderosos esquemas conceptuales.’

Aunque la posmodernidad haya dado paso a lo bello, lo sublime no ha muerto, tan solo tiene más herramientas que deben ser trabajadas en la praxis. La teoría, el registro, se convirtieron en el sustento de la obra. No pasa de ser una forma de pensamiento con límites, no prospera, se queda y no se vuelve una corriente filosófica. Pero no por estar errada, sino por ser una alternativa.  

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