Parte 1
La desigualdad de los géneros también se manifiesta en el
arte. El arte se ha convertido territorio de dominio de los hombres blancos.
Nochlin propone que el problema empieza desde como se plantea la pregunta y
cómo se maneja esta desigualdad atribuyéndole el nombre de ‘’problema’’.
Nochlin argumenta que no tiene solución sino que se debe reinterpreta la
situación en sí. La equidad de las
mujeres en el arte no sólo depende de su voluntad de luchar y ganarse un lugar,
sino de los artistas blancos defendiendo su privilegio sino también de las
instituciones y la realidad que imponen en el círculo del arte. El arte desde
su historia ha estado centrado en los hombres. Nombres de artistas mujeres que
fueron igual o más talentosas que los artistas hombres de su época sobran. Sin
embargo disciplinas como la sociología o la historia del arte nunca
cuestionaron ni reconocieron el privilegio de los hombres en cuánto al arte. La
condición desigual e incluso la censura y menosprecio a las mujeres artistas
que no comoponen la narrativa oficial de la historia se camufla bajo la noción
de genialidad y la canonización de los artistas hombres más importantes en sus
biografías donde, Nochlin señala, se los pinta como mártires (154). ¿Si artistas como Van Gogh o Cezanne lo
lograron en la adversidad, porqué no las mujeres? Una manera de indagar la desigualdad
de las mujeres más acorde según Nochlin es formulando preguntas sobre sus
ocupaciones asignadas (junto a la aristocracia que ha sido mecenas y audiencia
del arte) y si acaso estas fueron un impedimento que anulaba cualquier posibilidad
de triunfar como artistas.
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