Eurocentrismo cultural

Gerardo Mosquera, curador y crítico de arte, dedica su texto The Marco Polo Syndrome a desentrañar un acontecimiento que se viene desarrollando desde hace varias décadas, y que con el paso del tiempo ha sido el causante principal de que la comunicación intercultural. El título de su texto fue copiado de la obra que el artista, Flavio Garciandía, expuso en la Bienal de la Habana de 1986. La pieza está compuesta por varias imágenes que relatan la travesía de un marinero cubano al continente asiático. A partir de aquellas imágenes, el artista busca exponer como es que la relación entre dos culturas se torna improbable debido a la desconfianza que se tienen los unos a los otros. Sin darse cuenta, las sociedades contemporáneas han ido adaptando el discurso eurocentrista en los procesos a través de los cuales se forma cultura. Todo este tiempo, el mundo del arte pensaba que su marco de discusión era abordado desde la idea de lo universal. Esta realidad se desvanece el momento en el que los antropólogos logran detectar un desbordamiento de la presencia europea en los sistemas de creación cultural. Desde la revolución industrial, la fuerza capitalista fue asentándose paulatinamente alrededor del mundo, y sin que nadie pudiera hacer algo al respecto, la hegemonía europea se convirtió en el centro económico que determinó el futuro de la sociedad. La metacultura europea se instauró en el mundo a través de la colonización, posicionando su discurso como el proceder oficial que dictamina los rigores políticos, económicos y culturales de cada colonia. Es ahora responsabilidad de cada uno comprender que el mundo se encuentra moldeado por el desarrollo occidental, y que de no ser conscientes de este advenimiento, la problemática cultural terminara por apoderarse incluso de los métodos de creación. En la actualidad, no se debe dar nada por sentado, porque de lo contrario el mundo jamas dejará de ser propiedad del discurso europeo. Es momento de hacer el cambio necesario para que el planeta no sea solo hogar de unos, y para que la convivencia cultural se integre en el día a día.


Bibliografía.

Gerardo Mosquera, "The Marco Polo Syndrome. Some Problems Around Art and Eurocentrism", en Theory in Contemporary Art Since 1985, eds. Zoya Kocur and Simon Leung. Oxford: Blackwell, 2005. Págs: 218 - 225

Comentarios

  1. El surgimiento de la globalización prometía procesos globales de estandarización cultural, política, económica y social. A partir de los avances tecnológicos que nos conectan con todo el mundo, y el asentamiento de la economía neoliberal, se esperaba que las regiones con menos recursos siguieran el ejemplo de las grandes potencias. Todo el mundo esperaba con ansias la unificación de un sistema social capaz de representarnos globalmente, todos a excepción de los agentes del arte, quienes han peleado durante décadas por mantener al arte fuera de las influencias políticas, económicas, culturales y sociales. Es entonces cuando el crítico de arte, Okwui Enwezor, logra trazar las conexiones entre las prácticas artísticas y el régimen Eurocentrista que ha venido predominando en la esfera del arte desde sus orígenes. Son los discursos de poder los que se sitúan en la cima de toda institución, incluyendo al arte, y es así como se va condicionando la producción que viene a continuación.

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