La vida sin significado
Homo Sacer, es un texto escrito por el filósofo italiano, Giorgio Agamben, en el cual se evidencia la manipulación de los derechos legales por parte de los gobiernos, con el fin de vaciar de sentido la vida de los individuos. El termino homo sacer, resume en dos palabras todas las acusaciones que se realiza en relación al modo de operación político en la actualidad. En el imperio romano, se le denominaba homo sacer, a aquel individuo que era sentenciado a muerte sin que se le atribuyera el asesinato al encargado de ejecutar al condenado. Contextualizando al termino en la época actual, es posible determinar que el homo sacer no se diferencia en absoluto del sujeto contemporáneo, puesto que su suerte depende de los poderes políticos que dictamina cada gobierno. A simple vista parecería que todo el mundo se rige bajo una serie de leyes que hacen posible la armonía entre los seres humanos, y que por consecuencia, evitan que se produzcan conflictos bélicos. No obstante, la realidad no se acerca en lo más mínimo a lo descrito con anterioridad, tal como lo enuncia Agamben, el poder gubernamental esta al mismo tiempo, fuera y dentro de la ley. En resumidas cuentas, el poder soberano es la ley en sí, por lo cual se le es completamente factible manipular la vida a su antojo. En estos últimos tiempos son varios los casos que revelan la ineficiencia política, para ello solo hay que pensar en la situación del país vecino, Venezuela, donde el gobierno prácticamente ha decidido plantearle la guerra a quien no este de acuerdo con su régimen. En consecuencia, es evidente que la política tal y como ha sido ejercida las últimas décadas no funciona para todas las vidas, y es por eso que hay que pensar en nuevas mediaciones políticas a través de las cuales se logre acceder a la vida sin un sentido predefinido y estandarizado.
Bibliografía.
Giorgio Agamben, Introducción, Homo Saccer. Standford University Press; Standford Cifornia. 1998. Págs. 1-14
Desde el atentado del 11 de septiembre, las funciones políticas dedicaron toda su atención a la seguridad del estado, para que nunca más se vea amenazada por el otro. Los estados catalogaron a los individuos para diferenciarlos entre aquellos que comparten su discurso y entre esas personas que son el enemigo por no compartir los ideales. Como consecuencia, cada nación crea espacios dentro del territorio donde son capaces de enfrentar sin amparo legal a los individuos que amenazan con la seguridad del estado. En el campo del arte, son varios los artistas que se han dedicado a posicionar estos sucesos ante la sociedad global. Ante los horrores de deshumanidad que los prisioneros de Abu Ghraib sufrieron en el 2003, el pintor colombiano, Fernando Botero, decidió realizar una serie de cuadros que retratan los actos de abuso y tortura humana. Miki Kratsman, artista israelí, también ha dedicado gran parte de su carrera a producir obras en relación a las teorías de biopolítica. Sus fotografías, tituladas Targeted Killing, son extraídas de cámaras de seguridad que vigilan la frontera en guerra. Estas fotografías crean una difusión entre quien es el enemigo, el que ve o el que esta siendo visto, haciendo alusión a los esfuerzos del gobierno por identificar al diferente como el enemigo.
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