Lo exótico en el postcolonialismo

Una de las premisas más importantes detrás de la idea de globlización es la posibilidad de pensar en el mundo como una comunidad interconectada. Buscamos engañarnos, de cierta manera, al creer que todos somos 'iguales' entre nosotros al afirmar que compartimos la misma oportunidad de difundir ideas y, en el caso del arte, apelar a una audiencia global. Sin embargo, todavía es posible evidenciar que hay un cierto nivel de exoticismo que perdura dentro de las presentaciones de arte no occidental para audiencias occidentales. Es el elemento externo al que se mantiene una mirada de asombro respecto al puesto al que llegó. El síndrome de Marco Polo se siente en la exhibición y en las palabras asociadas al presentar las piezas y las ideas existentes detrás de ellas.

A pesar de ello, es agradable pensar en la cura al síndrome de Marco Polo a través de la exposición a las diferentes perspectivas que habitan el espacio artístico. El espacio habitado por el arte no-occidental provee un reflejo de miles de vidas distintas que se crean bajo circunstancias específicas y crean espacios de conversación respecto a los efectos del colonialismo y postcolonialismo. Sin una comunicación activa es imposible buscar cambiar el alcance del eurocentrismo donde se continua la relación actual desigual que demanda la globalización.

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