Mapeando el arte contemporáneo

Es innegable pensar en que el arte contemporáneo y la globalización vayan de la mano. Ambos surgen casi en paralelo históricamente y se influencian mutuamente. No obstante, hay un factor que los hace repelerse y es la cualidad de agente homogenizador cultural por parte de la globalización. Los sistemas económicos neoliberales encaminan hacia una estandarización y unificación, lo que significa un exterminio para ciertas formaciones culturales o derivan en la transcultura. Allí justamente interviene el arte contemporáneo y su rastreo hacia el poscolonialismo, donde hurgar en la multiplicidad parece ser la mejor estrategia. 

Comentarios

  1. El síndrome de Marco Polo
    Salir de la zona de confort puede ser la mejor enseñanza que nos deja Gerardo Mosquera y su análisis sobre el potencial liberador del arte contemporáneo. Comenzar a pensar en el otro y, con ello, en uno mismo. Sentarse y reflexionar desde dónde hablo y qué es lo que me constituye, me podrá permitir entender que la riqueza no yace en la homogenización cultural ni en viejas idolatrías coloniales sino en la infinita diversidad.
    Esta no será una tarea sencilla, en especial si estamos acostumbrados a criticar y temer al otro o disfrutar ser victimizados para evitar tomar acción.

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