Simulación de poder

La simulación de poder para Baudillard llega a ocupar un espacio donde el poder pierde capacidad de agencia. En el aparente disfraz de un poder, la simulación lleva a creer que alguien posee un poder absoluto respecto a la sociedad. "El poder mismo acaba por desmantelarse en este espacio y deviene una simulación de poder (desconectado de sus fines y de sus objetivos, abocado a efectos de poder y de simulación de masa)" (p. 47). Se cree poseer control absoluto respecto a la vida de uno, sin necesariamente reflexionar que no hay control ni libertad respecto a nuestra existencia. Consecuentemente, las ilusiones de poder y libertad llevan a que busquemos entender la realidad, que viene a ser algo como Disneyland, una simulación de la realidad donde creemos estar en el mejor punto y lugar de nuestra vida. "La ideología no corresponde a otra cosa que a una malversación de la realidad mediante los signos, la simulación corresponde a un cortocircuito de la realidad y a su reduplicación a través de los signos" (p. 53). No hay una realidad ni un poder que rija sobre la sociedad, solo ilusiones de las mismas. "Cuando nada quede de él, nos encontraremos todos, según una lógica de autodisuasión progresiva, bajo la alucinación total del poder" (p. 50). 

-María del Carmen

Bibliografía.

Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro. Barcelona: Editorial Kairós, 1978.



Comentarios

Entradas populares de este blog

En defensa de la imagen pobre- Hito Steyerl

Nochlin y Butler: Género

4 niveles: de simulación a simulacro.