Arte Relacional, encontrar la mirada del otro.
En la Forma
Relacional, Nicolas Bourriand describe las circunstancias sociales que
inducen a los artistas a practicar un arte de lo relacional. Sabemos que los
modos de representación, los signos que compartimos en la práctica y
experiencia del arte, traducen los valores de la sociedad en la que tienen
lugar estas manifestaciones. Sabemos también que las practicas artísticas
contemporáneas están determinadas por los alcances y limitaciones de la
modernidad, que fuera la dominante cultural anterior a nuestro tiempo, sobre la
que necesitamos hoy comentar y levantar cuestionamientos. Es así que el arte
relacional busca comentar y problematizar la dinámica de las interacciones
humanas que se creó bajo los efectos de la modernidad.
Si bien el proyecto de modernización acogía
entre sus principios activos la “emancipación de los individuos y de los
pueblos”, también estaba orientado por los principios civilizatorios
positivistas de la ilustración. Es por ello que, la modernización, en su afán
de racionalizar todos los procesos de organización y producción social, dio
lugar a una dinámica de las interacciones sociales que, afectada por la
incursión de la mecanización de los procesos productivos y la telecomunicación,
creó distancias significativas entre las personas.
Entonces, el arte relacional surge de la
preocupación de los artistas por revelar estas condiciones de la vida moderna
respecto a la interacción social. El arte relacional representa un esfuerzo por
ensayar la viabilidad de formas de interacción distintas de aquellas
estructuradas desde el poder hegemónico, modernizador. La forma artística aquí
consiste en un encuentro, en donde es la mirada del otro el elemento clave que revela
la posibilidad transformadora de la experiencia del arte.
Martín Fuentes
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