Inmersión, ilusión.

El teatro en la era digital supera el imaginario de Brecht. Más allá de una experiencia catártica y la reflexión sobre la condición política del ser, el teatro combina fuerzas con la tecnología para construir accesos directos hacia la imaginación. 
El VR, como recurso creativo, instaura nuevas formas de inmersión en espacios lejanos a la propia realidad. Se establecen nuevos parámetros para la interacción y espectador deja de lado su pasividad para asumir un rol protagonista en la historia. 
Sin embargo, por más realismo conseguido con las nuevas vivencias digitales, el teatro no ha podido ser despojado de su inherente condición: ser una ilusión.

Comentarios

  1. Las posibilidades se expanden en la ausencia de lo matérico. No hay lugar ni tiempo en el espacio digital. Tampoco hay identidad. Entonces, ¿se producen todavía relaciones humanas? ¿Dónde queda el performance en la ausencia de real interacción y contacto personal?

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